Un día Juanito se obsesionó con tocar la nariz del rey. Sus amigos le dicían que no, pero él se encabezonó.
Así que un día se fue a Roma dónde vivía el rey. Allí se encontró a un montón de gente importante y pensó que sería bueno tocarles la nariz a ellos también. Hasta que se encontró al rey por fin se la tocó y se la estiró. El rey se enfadó, pero Juanito pidió perdón.
MARÍA.