Había una vez un niño llamado Juanito. El quería tocar la nariz del rey. Viajó a roma y él tocaba las narices de otras personas con mucha cortesía. En un bloc apuntaba todas las narices que tocaba. Pero se le llenó y tuvo que coger otro bloc. Cuándo llegó a roma se subió a la carroza real y le tocó la nariz. La gente decía que tocar la nariz era como un saludo moderno.
NACHO